29 abril 2009

Intervención ante conductas agresivas


Ante la abundancia de usuarios difíciles, manipuladores, agresivos o conflictivos, es necesario realizar sesiones clínicas o reuniones de coordinación frecuentes de todo el Equipo. El beneficio fundamental de estas reuniones es dar a un paciente respuestas idénticas por parte de todos los miembros del Equipo.

Así mismo es fundamental atender del mismo modo (en cuanto a corrección en el trato y respuesta asistencial) a todos los usuarios, evitando los agravios comparativos.

A ser posible, atender al paciente entre dos o más profesionales; es mucho más difícil en una interacción controlar dos miradas, dos mensajes…Si la situación se prolonga, los profesionales pueden ir relevándose sutil y espontáneamente en su interacción con el paciente, dando todos el mismo mensaje y mostrando todos idéntica actitud: firme y asertiva.

Mantener la calma siendo muy consciente de las propias reacciones, no intentarlas reprimir u ocultar.

Usar siempre el “nosotros”, haciendo ver al individuo que somos parte de un equipo compacto que toma las decisiones, buscando la mejor solución para los pacientes, intentando minimizar los efectos personales en ellas.

No descalificar jamás a un compañero (tampoco con mensajes no verbales) y no poner en duda lo que el paciente dice que dijo un compañero “Se verá en la próxima reunión de Equipo...”


CÓMO ACTUAR FRENTE AL PACIENTE AGRESIVO

FASE DE DISPARO DE LA AGRESIVIDAD.


  • Mantener la calma, mostrar autocontrol aunque me cueste.

  • No intentar razonar ni aplicar la lógica.

¿POR QUÉ ?

  • Manteniendo el control sobre nuestras emociones podemos pensar de forma racional, de esta manera evitamos que aumente su enfado.

  • Evitamos que se produzcan reacciones alarmistas sentimientos y pensamientos que nos perjudican

¡Dios mío, va a acabar conmigo!”. “¡Por qué me pasará a mí!

  • Si aumentamos nuestro mal estar aumentamos su ira.

¿CÓMO?

  • Entender la agresividad como expresión de su enfermedad, malestar, situación, deterioro.

  • Mostrar confianza, que nos hacemos cargo de la situación.

  • Permitir expresar sentimientos reduce la hostilidad.

  • No decir “tranquilo, calma”

CONSECUENCIAS

  • Cuando la persona agresiva puede expresar sus sentimientos, disminuye su enfado.

  • Somos capaces de analizar las causas de su enfado.

NUESTRA ACTITUD

  • Escuchar activamente, oír, atender. Atender a su lenguaje corporal. Mirar a la cara. Callar. Hacer vacío. Solo existe la persona.

  • No tocar de forma inesperada a la persona. No iniciar movimientos bruscos para tocarle. No nos acerquemos rápidamente hacia él, ni tampoco por detrás.

  • No responder con amenazas, tomaduras de pelo o ridiculizándole.

  • Evitemos crear situaciones de desigualdad, nosotros de pie, él sentado.

  • No utilicemos restricciones físicas (sujetar, atar, ponernos delante) provocan indefensión.

  • No preguntemos acerca de qué la pasa, es mejor hacerle saber que comprendemos lo disgustado que se siente.

  • Las palabras solas, aunque sean las acertadas, no son suficientes. Es muy importante nuestro tono de voz y nuestro mensaje corporal.

    • Informar de lo que vamos a hacer en todo momento, paso a paso.

    • Frases cortas y sencillas.

    • Distraer su atención con cualquier actividad o comentario.

    • Llamarle por su nombre.

    • Hablar de forma tranquila y suave.

    • Tengamos las manos fuera de los bolsillos.

    • Evitemos cruzar los brazos.

    • No dejemos de mirarle, no mostrar miedo

LAS PERSONAS CON DETERIORO COGNITIVO, NO COMPRENDEN ADECUADAMENTE, PERO PERCIBEN EL AFECTO CON QUE SE LES TRATA.

FASE DE NORMALIZACIÓN.

SI NO SE PRODUCE.

  • Evitar riesgos.

    • Retirar objetos peligrosos de la vista que puedan causar daño a alguna persona presente o a él mismo.

    • Controlar la situación.

    • Pedir ayuda a una sola persona.

    • Si la violencia persiste agárrele suavemente por los brazos.

    • No es necesario ningún otro contacto físico.

    • Le diremos que le soltaremos cuando se calme.

¿ POR QUÉ?

Es importante proporcionar un adecuado control, unos límites, cuando sea necesario. Este acto debe ser siempre terapéutico, nunca una imposición autoritaria.

Tengamos en cuenta que contamos con nuestro compañeros de equipo, no siempre nos encontramos en las mejores condiciones de equilibrio emocional para contener las situaciones agresivas.

SI SE PRODUCE

  • Digámosle que nos cuente lo que le molesta.

  • Que le podemos ayudar, que juntos podemos solucionarlo.

  • Respetemos su silencio si no quiere hablar.

  • Mostrar interés por su punto de vista.

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