11 mayo 2009
Campaña No dudaría
Un cambio de estilo de vivir, para dar lugar a un cambio de sociedad, donde no haya últimos ni excluidos. Otro estilo de vivir es posible. (Click para ver powerpoint)
Síndrome de diógenes
- ¿QUÉ ES
- Se trata de una conducta de aislamiento comunicacional, ruptura de las relaciones sociales, negligencia de las necesidades de higiene, alimentación o salud, reclusión domiciliaria, rechazo de las ayudas y negación de la situación patológica, que se presenta habitualmente en ancianos solitarios, aunque es habitual verlo también en personas jóvenes (de 30 a 45 años) que viven en la calle y habitualmente acompañando a otros trastornos mentales.
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- ETIOPATOGENIA
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- Se trata de un síndrome específico consecuencia de la interrelación de tres tipos de factores:
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- Diferentes rasgos de personalidad previos, que implican tendencia al aislamiento, dificultades de adaptación social, rechazo de las relaciones humanas, misantropía, etc.
- Factores estresantes propios de la edad tardía: dificultades económicas, muerte de familiares, rechazo familiar, marginación social, etc.
- Soledad: inicialmente condicionada por las circunstancias, pero posteriormente buscada o deseada voluntariamente.
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- Se puede aceptar que existen dos tipos de síndrome de Diógenes:
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- Personas sin otra patología psiquiátrica específica (Eje I).
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- Pacientes psiquiátricos crónicos: depresivos, delirantes o demenciados que presentan además conductas típicas de Diógenes.
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- COMPLICACIONES
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- En aquellas personas que tienen domcilio, la principal complicación es la muerte en soledad en sus domicilios. Por otra parte, más del 40 % de los Síndromes de Diógenes sufren patología somática severa, y mueren a pesar de ser ingresados en hospitales. Todos presentan grave abandono higiénico y estados carenciales, que implican la presencia de malnutrición, anemia, etc.
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- DIAGNOSTICO
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- Podemos aceptar cinco criterios o rasgos de conducta característicos, que permiten hacer el diagnóstico. La presencia de "1" ó "2" criterios sugiere la existencia de riesgo de Síndrome de Diógenes, mientras que una puntuación de "4" ó "5" la alcanzan los casos más graves, con elevado riesgo de enfermedad y muerte en soledad. Dichos criterios son:
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- Aislamiento comunicacional y relacional, con rechazo de las posibilidades de comunicación.
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- Reclusión domiciliaria voluntaria, con oposición a ser sacados de sus domicilios.
- Negligencia de cuidados sanitarios y de la higiene propia y del hogar (silogomanía: acumulación de basura).
- Conducta de "pobreza imaginaria": acumulación de dinero en casa o bancos, en cantidades elevadas, asociado a creencia de pobreza extrema, a veces delirante, y no utilización para las necesidades básicas.
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- Rechazo de las ayudas familiares o sociales, e intento de regresar a su estilo de vida, cuando son dados de alta, o se descuida su cuidado.
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- TRATAMIENTO
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- El tratamiento debe empezar por la detección de los casos de riesgo, el ingreso en un Hospital General , y abordaje de los trastornos médicos. Se deben adoptar las medidas de protección social pertinentes, evitando el regreso del enfermo a sus condiciones previas de vida. En algunos casos es preciso tratar la patología psiquiátrica asociada (depresión, delirios crónicos). Si no es posible asegurar la convivencia o ubicar al paciente en una institución social, es preciso hacer un seguimiento crónico, visitas domiciliarias, y trabajo coordinado de los servicios sanitarios (médico, enfermera) y sociales (trabajador social).
RECUERDOS
Recojo, de uno de los numerosos blogs que existen de PSH, un maravilloso texto y bonita pintura de una persona con gran talento.
Pasaba el tiempo y lo único que lograba era reforzar mi soledad en la calle.
Una noche cualquiera de mi peregrinación buscando un lugar donde cobijarme para pasar la noche, me fijé en el maniquí de un escaparate. Y la encontré hermosa.
¿Cuantos años hacía que no tenía relaciones sexuales, emotivas y recíprocas con una mujer?
Yo llevaba tatuados en mi espíritu los cuerpos, las miradas y los chillidos de las mujeres que había amado. Y que se habían convertido en los estímulos de los escasos alivios solitarios a que recurrir cuando el deseo se convertía en insufrible.
Una vez me recogió en su casa una chica que conocí en el Vaixell Vell del puerto de Barcelona, mientras yo pintaba escenas taurinas y el monumento de colón para intentar vender a los turistas. No era prostituta -las únicas que en la calle se me han acercado para darme un beso y ponerme furtivamente cinco euros en el bolsillo- era pintora y guapa, vendía poco, pero se mantenía con una obstinación envidiable, fiel a su propio estilo.
Una noche en un bar del barrio gótico la tenía cogida de la mano. Al encender un cigarrillo, vi repetido en un espejo a una chica muy maja que sonreía y gesticulaba con alegría a un hombre ya mayor, con aspecto de artista bohemio en evidente decadencia, ofrecerle fuego con una mirada de súplica precipitada.
Al dia siguiente le agradecí su generosidad y me fuí de su casa. No quise volver a verla.
La imagen que vi reflejada en el espejo del bar era la constatación improrrogable de que mi juventud hacía ya tiempo que dejó de existir.
Miquel Fuster
Educación para la salud en la calle
Por ello diseñé un tríptico que, tras el contacto inicial, permite informar a la persona de situaciones de riesgo que puede prevenir.
Este trítptico además está traducido en inglés, árabe, francés y ruso, para salvar barreras idiomáticas frecuentes en la calle.